El sexto informe de la red nacional de monitoreo de la chicharrita del maíz marca que la plaga sigue sin aparecer.
Si fuera por los datos que van arrojando los diferentes informes quincenales elaborados por la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus Maidis, el nombre científico de la “chicharrita del maíz”, la sensación es que la siembra del cereal no debería caer tanto como se pronostica, habida cuenta que la presencia de la plaga es cada vez menor en las diferentes zonas del país.
Sin embargo, desde la Red aclaran que las capturas en trampas cromáticas son solo un indicador de varios a tener en cuenta y sugieren por el momento mantener la guardia alta, implementando un “Manejo Integrado de Plagas más consciente”.
Esto, habida cuenta que la sucesión de lluvias de los últimos días, además de favorecer el desarrollo de los maíces tempranos, probablemente haga brotar maíces “guachos”, y eso es el escenario ideal para que la plaga prolifere.
LA CHICHARRITA DEL MAÍZ, AUSENTE
El último relevamiento de la Red abarcó a 429 localidades de Argentina, distribuidas en las regiones del NOA (75 localidades), NEA (81 localidades), Litoral (33 localidades), Centro Norte (77 localidades) y Centro Sur (163 localidades). En tanto, se siguieron incorporando localidades de Uruguay, hasta totalizar 19.
El estudio detalla, para cada región y localidad, el número de adultos de chicharrita del maíz capturados con trampas cromáticas adhesivas para el período correspondiente entre el 4 y 21 de octubre de 2024.
Para hacer más visible la información, se estableció una escala de tonalidad en la gama de azules el cual va desde el más tenue al más intenso en función de las cantidades de adultos de D. maidis capturados por la trampa.
Como siempre, desde la Red aclaran que los valores detallados no hacen referencia al grado de peligrosidad de esta plaga en las localidades relevadas, y también que las trampas cromáticas adhesivas solo representan una de las metodologías para el monitoreo, debiéndose complementar con otras técnicas para tener una visión holística de la problemática.
Bajo este panorama, lo que muestran las trampas como dato guía es que creció la cantidad de localidades con ausencia del insecto, incluso en regiones donde ya hay maíz 2024/25 implantado, como el Litora, el Centro Norte y el Centro Sur.
Además, “en todas las Regiones, las localidades que registraron captura de D. maidis estuvieron representadas por la categoría más baja (1 a 4 adultos de D. maidis/trampa), salvo el NOA, que tuvo un ligero incremento de localidades correspondiente a la categoría con 5 a 20 adultos”, precisa el reporte.
Otro dato sobresaliente es que, en el NOA, al comparar datos de localidades relevadas en septiembre y octubre del 2023 (San Agustín y Los Altos), con los valores actuales en dichas localidades, se menciona una reducción de más del 90% de los valores de D. maidis en trampas y en plantas de maíz para el período comprendido entre septiembre y la primera quincena de octubre de 2024.
A CUIDAR EL MAÍZ
Desde la visión de los expertos que participan de la Red, “la ocurrencia de factores ambientales y la reducción en la disponibilidad de hospedante (maíz), fueron los principales factores que impactaron negativamente en la supervivencia y desarrollo de D. maidis”.
De todos modos, insisten en no relajarse. “En aquellas zonas donde se ha implantado maíz, es crucial intensificar el monitoreo. Además del uso de trampas cromáticas adhesivas, se debe realizar una inspección directa sobre el cultivo, ya que los adultos de D. maidis que lograron sobrevivir buscarán al maíz como fuente de alimento y multiplicación”, subrayan.
Y agregan: “Enfatizamos que las trampas cromáticas adhesivas y las inspecciones directas sobre el cultivo son herramientas complementarias, permitiendo a partir de su combinación una detección más eficaz de los adultos remanentes de D. maidis”.
Es en este marco que consideran clave tener en cuenta que las precipitaciones registradas en este último periodo podrían favorecer la aparición de “maíces voluntarios”, que actuarían inicialmente como fuente de alimento para las chicharritas que sobrevivieron al invierno, incrementando el riesgo de presencia de instares inmaduros (ninfas) en las próximas semanas, si no se realiza un control adecuado.
Por ello, recomiendan incrementar los monitoreos y llevar a cabo la eliminación y/o control de los maíces voluntarios y del vector en caso de ser necesario.
Otro aspecto fundamental es determinar correctamente si las chicharritas que pueden detectarse son Dalbulus maidis o de otra especie.
“El aumento de las temperaturas durante este último período trajo consigo la aparición de un complejo de chicharritas que incluye diversas especies de cicadélidos, lo que significa que no todas las chicharritas corresponden a D. maidis. Esta diversidad puede complicar la estimación de las cantidades de D. maidis, por lo que es fundamental realizar una identificación taxonómica precisa del vector para evitar sobreestimaciones”, explican.
Como ejemplo, mencionan que en esta última evaluación, muchos de los valores fueron corregidos durante las auditorías debido a identificaciones erróneas de la especie. Por ello, en caso de tener dudas en la identificación, se sugiere recurrir a algún entomólogo referente de la zona para su correcta identificación.
“El cultivo de maíz nos presenta el desafío de implementar un Manejo Integrado de Plagas (MIP) más consciente, donde el monitoreo se convierte en un elemento crítico y estratégico para la toma de decisiones. El MIP para D. maidis implica una combinación de prácticas de monitoreo y control diseñadas para minimizar el impacto en el cultivo de maíz”, cierra el informe.
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