«La crisis del campo nos hace ver que es necesario un cambio de gestión del sector»

«La crisis del campo nos hace ver que es necesario un cambio de gestión del sector»

El dirigente de la Sociedad Rural Argentina, Manuel García Solá, también habló de la crisis agropecuaria en el Chaco, la falta de infraestructura y el rol de las instituciones.

El sector agropecuario chaqueño enfrenta una de sus peores crisis en décadas. Una combinación de factores climáticos, falta de inversión en infraestructura y la desarticulación de las instituciones que representan a los productores llevó a una situación crítica.

Manuel García Solá, experto en la temática, analizó las causas y posibles soluciones para esta problemática que afecta no solo al Chaco, sino a gran parte del país.

La ola de calor extrema y la sequía que afectan a la provincia del Chaco no son fenómenos aislados. Según García Solá, «el cambio climático es un dato inexorable. Sin embargo, lo que más preocupa es la negación de este fenómeno por parte de líderes mundiales. Lo patético, que es más dramático que el cambio climático, es su negación por parte de los principales líderes mundiales», afirmó.

Esta negación, según él, ha llevado a que se culpe a los productores agropecuarios por la emisión de gases, que desvía la atención de la responsabilidad de los países industrializados. «Una falta de respeto similar a la falta de respeto que le tuvieron al presidente de Ucrania en el Salón Oval de la Casa Blanca», comparó García Solá.

El resultado es un escenario desolador para los productores. «Miles y miles de productores agropecuarios y ganaderos estamos padeciendo lo que padecemos», señaló y recordó que la falta de agua «ha diezmado la producción, y el descenso del stock ganadero en el Norte argentino es alarmante». «No hay retención. Y obviamente, el campo ganadero que se va abandonando, en estas zonas subtropicales que son zonas de transición, es invadido por las leñosas», explicó.

FALTA DE INFRAESTRUCTURA

Otro de los temas centrales abordados fue la falta de inversión en infraestructura. García Solá destacó la paradoja de que, mientras en Bahía Blanca y la Pampa Húmeda hay inundaciones por la falta de canales de desagüe, en el Chaco la sequía afecta a los productores por la inexistencia de obras para llevar agua. «Uno para desaguar y otro para llevar agua que nos sobra. En los ríos del Norte y del Este, por falta de obras de infraestructura», explicó el dirigente de la Sociedad Rural.

Añadió que esta falta de inversión no es nueva. «Nadie que tenga un teléfono celular puede negar que todos los pronosticadores meteorológicos nos venían anticipando que esto podía suceder», afirmó. Sin embargo, las advertencias no fueron suficientes para impulsar acciones concretas.

También criticó la falta de planificación a largo plazo, «y toda la discontinuidad de las políticas, la partidización de todas las políticas agropecuarias, de un color, del otro color, de una fracción del partido gobernante, del que sea. Esta falta de continuidad llevó a un retroceso en el sector, todo lo que habíamos avanzado, estamos retrocediendo», lamentó.

MODELOS OBSOLETOS

García Solá no dudó en criticar el papel actual de las instituciones agropecuarias. Según él, el modelo tradicional de las sociedades rurales, que surgieron en el siglo XIX para mejorar la genética del ganado y organizar mercados, está obsoleto. «Ese rol se agotó. La tecnología, en un siglo y medio, lo pulverizó», afirmó.

Y aseguró que hoy, las grandes cabañas y empresas de tecnología genética han tomado el lugar que antes ocupaban estas instituciones. «Las sociedades rurales son ricas porque viven de alquilar predios y organizar exposiciones, pero su rol esencial se desplazó», explicó.

El sector agropecuario enfrenta una de sus peores crisis en décadas. La ola de calor extrema y la sequía afectan a la provincia del Chaco.
Para él, el nuevo rol de las entidades agropecuarias debería centrarse en resolver problemas concretos de los productores, como el acceso al crédito, la gestión de impuestos y el manejo de empresas.

«El crédito, el impuesto, la gestión, el manejo de su empresa, el asociativismo, esos son los roles que hoy tienen que cumplir», señaló. Sin embargo, García Solá reconoció que este cambio no será fácil. «Sé que me van a criticar mis colegas dirigentes agropecuarios, y muchos productores agropecuarios, porque no nos gusta que nos digan la verdad», bromeó.

Hacia un nuevo modelo

Frente a esta crisis actual, García Solá propuso un cambio de paradigma. «Nuestro problema lo tenemos que resolver nosotros, asociándonos, con creatividad», afirmó. Para ello, sugirió utilizar los activos de las sociedades rurales, como los predios, para generar créditos direccionados a los productores.

«Toda esa propiedad inmueble debería ser la base, por ejemplo, el patrimonio con el cual se emitan obligaciones negociables, se emitan papeles de crédito en el mercado de capitales», explicó.

Además, destacó la importancia de modernizar instituciones como el INTA y fomentar el asociativismo entre los productores. «Creo que el sector agropecuario, ganadero y agrícola y forestal salen en la medida en que tengan líderes empresarios que transformen a sus colegas en empresarios», afirmó.

Por último, aseguró que «de esta crisis se sale con nuestro esfuerzo, con el asociativismo nuestro, cambiando el objeto de nuestras asociaciones. Los pronósticos climáticos no son alentadores. Las napas cada vez se van más abajo. Sin embargo, como dice el refrán, «siempre que llovió paró». En este caso, la esperanza es que la lluvia llegue a tiempo para salvar una temporada que ya está al borde del colapso», concluyó Manuel García Solá.

Soledad Mansilla
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