Con bajos impuestos y reglas claras, la tierra guaraní se erige como un ejemplo de lo que podría desarrollar al país. Además, los mercados diversificados son clave.
El modelo ganadero paraguayo, sostenido en reglas claras, baja presión fiscal y fuerte articulación público-privada, se consolida como un ejemplo regional que Argentina podría tomar en cuenta para avanzar en competitividad y apertura de mercados.
Marcos Medina, exministro de Agricultura y Ganadería de Paraguay, explicó en una entrevista con Chacra Agro Continental que el éxito de su país no fue producto del azar, sino de una estrategia iniciada en 1996. “El trabajo mancomunado entre privados y el Estado fue la llave para abrir los mercados”, aseguró. En poco más de dos décadas, Paraguay pasó de exportar carne por 50 millones de dólares a superar los 2.100 millones en 2023.
Este crecimiento fue acompañado por inversiones privadas en infraestructura productiva e industrial, consolidando a Paraguay como uno de los principales exportadores de carne del mundo. Medina subrayó que el país busca ahora diferenciar su producto por calidad: carne a pasto, sin hormonas ni aditivos, características cada vez más valoradas por los consumidores globales.
Uno de los pilares del modelo paraguayo es la previsibilidad. “Llevamos 25 años con las mismas reglas. El productor se siente seguro porque sabe a qué atenerse”, afirmó Medina. Además, el sistema impositivo ofrece condiciones estables y competitivas: un IVA del 5% para insumos, renta agropecuaria del 10%, sin retenciones ni impuestos a la exportación. Por el contrario, el Estado devuelve el IVA al exportador, lo que incentiva aún más la salida de productos al mundo.
En este sentido, Paraguay podría ser un modelo inspirador para la Argentina, que desde hace años debate reformas estructurales que den previsibilidad y alivio fiscal al sector agropecuario, clave en la generación de divisas.
Con un stock ganadero de 13,4 millones de cabezas y una producción de 650 mil toneladas anuales, Paraguay exporta el 72% de su carne a más de 40 destinos. Chile, Taiwán, Estados Unidos, Brasil e Israel concentran el 80% de ese comercio. A nivel genético, el rodeo de exportación se compone en un 50% de animales híbridos tipo brangus, con base cebuina y aporte de razas británicas como el Angus, muchas de ellas con origen en la Argentina.
Entre los desafíos que enfrenta el sector, Medina mencionó la necesidad de mayor mano de obra calificada y más inversión en investigación adaptada al clima subtropical. También expresó su preocupación por posibles subas arancelarias en Estados Unidos, aunque descartó que se trate de una amenaza inmediata. “Es poco probable que dejen de importar carne, pero estas medidas generan incertidumbre y van a contramano del libre comercio”, advirtió.
Argentina, con su potencial productivo, infraestructura instalada y tradición ganadera, podría encontrar en Paraguay un ejemplo cercano de cómo sostener políticas públicas coherentes en el tiempo para potenciar la agroindustria y recuperar presencia en los mercados globales.
Deja un comentario
Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *.