La desregulación del mercado yerbatero impulsada por el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 del Gobierno de Javier Milei golpeó de lleno a los pequeños productores de Misiones. La eliminación de las facultades del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) dejó a los productores sin un precio mínimo garantizado, afectando su rentabilidad.

Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), la cosecha de 2024 fue la más alta en cinco años, con 986,7 millones de kilogramos de hoja verde procesados. Sin embargo, en enero de 2025 la producción cayó un 21,2% respecto al mismo mes del año anterior, reflejando el impacto de la desregulación.

El consumo interno de yerba mate se contrajo un 9,3% en 2024, marcando el peor registro en ocho años. A pesar de un leve repunte en enero de 2025, la caída del poder adquisitivo de los argentinos sigue afectando la demanda local. Mientras tanto, las exportaciones crecieron un 10,9% en 2024, con Siria como principal destino.

La apertura de importaciones sumó presión sobre los productores. La reducción de aranceles permitió el ingreso de yerba extranjera, aumentando la competencia en un mercado donde los pequeños productores ya enfrentaban dificultades para negociar precios justos.

El informe advierte que la eliminación del control del INYM generó un deterioro en los ingresos de los pequeños productores. La diferencia entre el precio que reciben y el precio en góndola se amplió en 10 puntos porcentuales en comparación con 2023, beneficiando a las grandes industrias molineras y fraccionadoras.

Desde el Gobierno nacional plantearon la necesidad de diversificar la producción y reconvertir a los pequeños productores. El gobernador de Misiones, Hugo Passalacqua, denunció que las autoridades nacionales les sugirieron a los productores «dedicarse a otra cosa», generando incertidumbre sobre el futuro del sector.

Con un mercado cada vez más concentrado, donde el 76,8% de la producción industrial está en manos de diez empresas, los pequeños productores quedan en una situación de extrema vulnerabilidad. La falta de regulación amenaza con profundizar la crisis del sector y acelerar la desaparición de los productores más chicos en beneficio de los grandes grupos económicos.