El Gobierno nacional derogó una regulación vigente desde 1935 que afectaba la exportación de hortalizas frescas. Lo hizo a través del decreto 318/25, publicado este lunes, como parte del plan de desregulación que impulsa la administración del presidente Javier Milei.

La norma en cuestión, el decreto N° 71.178/35, establecía criterios de tipificación, empacado y fiscalización de hortalizas frescas destinadas al comercio exterior. Aunque obsoleta, seguía formalmente vigente, lo que generaba trabas burocráticas para productores y exportadores.

Según argumentó el Poder Ejecutivo, mantener normas desactualizadas genera “confusión” en los actores económicos y afecta la eficiencia en los intercambios. Por ello, se resolvió eliminar requisitos que ya no se ajustan a las formas actuales de producción y comercialización.

La norma original se basaba en la Ley N° 4863, sancionada a comienzos del siglo pasado para regular la defensa agrícola del país. Años más tarde, esa ley fue derogada por la Ley N° 27.444, pero parte de su normativa seguía activa hasta hoy, en forma inconsistente.

Más agilidad, sin afectar la sanidad

Desde el Ejecutivo aseguraron que la derogación de esta regulación no compromete el estado sanitario de las hortalizas exportadas. La fiscalización sanitaria continuará bajo la órbita del Senasa, como establece la normativa vigente y los estándares internacionales.

El decreto también elimina exigencias referidas a habilitación de plantas de origen y al tipo de envases permitidos, dos aspectos que, según el Gobierno, complicaban innecesariamente la operatoria exportadora.

Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, celebró la medida como parte de una reforma profunda del Senasa. Afirmó que el Estado debe dejar de intervenir en cuestiones de calidad o procesos productivos, que son propias del mercado.

“Lo único que tiene que hacer Senasa es actuar como policía sanitaria, para evitar infecciones, plagas y garantizar un comercio fluido”, señaló el funcionario en su cuenta de X.

Sturzenegger también criticó el rol que tuvo el organismo en el pasado, donde incluso verificaba detalles como el espesor de los techos en fábricas agroindustriales. “Literalmente dejamos de molestar al productor”, sentenció.

Impacto en la región y lo que viene

La medida podría tener un impacto positivo para pequeños y medianos productores del NEA, que suelen enfrentarse a obstáculos administrativos al exportar. En zonas hortícolas como Santa Lucía (Corrientes) o El Colorado (Formosa), simplificar trámites podría dinamizar las ventas externas.

Además, esta decisión es apenas un paso dentro de una estrategia más amplia. El Gobierno ya había liberado al sector frutícola de regulaciones similares y anticipa que en las próximas semanas emitirá nuevas resoluciones para desregular toda la producción hortícola.

“Seguiremos progresivamente y sin pausa con el resto de las actividades”, adelantó Sturzenegger. La apuesta es reconvertir al Senasa en un organismo enfocado exclusivamente en sanidad, reduciendo al mínimo su carga regulatoria.

Con este nuevo escenario, el Ejecutivo busca mejorar la competitividad del agro argentino, eliminando trabas innecesarias y permitiendo que el productor decida cómo producir, mientras el Estado se concentra en garantizar la inocuidad de los alimentos.