En un escenario de mayor previsibilidad macroeconómica, el sector de la maquinaria agrícola vuelve a mostrar señales de reactivación. La edición 2025 de Agroactiva, que concluyó en Armstrong, Santa Fe, dejó un sabor claramente positivo entre empresarios y productores: ventas en alza, muchas consultas serias y expectativas optimistas para el segundo semestre.

La muestra fue una postal alentadora tras un 2024 difícil, signado por la sequía, la falta de crédito y la incertidumbre económica. “Volvió la confianza y eso se nota”, señalaron desde varias de las fábricas presentes, donde remarcaron que ya igualaron los niveles de facturación del año anterior.

Uno de los casos más destacados fue el de la firma Indecar. Su presidente, Gastón Ricardo, aseguró que proyectan duplicar las ventas de 2024 y que, en lo que va del año, ya se alcanzó el volumen total facturado en los doce meses anteriores. Atribuyó el salto a la mejora del clima, precios más competitivos gracias a insumos importados y el regreso del crédito.

“Hoy trabajamos en doble turno. El gran problema es responder rápido a la demanda, algo impensado hace un año”, señaló Ricardo. También destacó que los productores volvieron a planificar a mediano plazo y buscan renovar sus equipos con tecnología más eficiente.

Desde otras compañías, como Case IH, coincidieron en que la reactivación se apoya en una cosecha gruesa favorable, créditos disponibles y una oferta tecnológica robusta. “Hay condiciones ideales: buen clima, productos innovadores y financiamiento competitivo. Esto no pasaba hace tiempo”, afirmaron.

Importación de maquinaria usada

Pese al optimismo, hubo un tema que dividió opiniones: la autorización del gobierno para importar maquinaria agrícola usada. Algunos fabricantes manifestaron su preocupación por una competencia que podría frenar nuevas inversiones, mientras que otros vieron una oportunidad para ordenar precios y completar líneas que no se producen localmente.

Desde el ámbito nacional, muchas empresas aseguraron no temerle a la competencia extranjera, especialmente en segmentos donde la industria argentina tiene liderazgo, como sembradoras. Sin embargo, advierten que la postventa será un punto clave para sostener competitividad ante marcas importadas.

Otro aspecto sensible es el precio de la maquinaria en dólares: según los fabricantes, muchos productos cuestan hasta el doble que en países vecinos, como Brasil. La apertura podría actuar como un corrector de ese desfasaje, pero también exigiría mayor eficiencia local.

Más allá de estos matices, los empresarios coinciden en que la demanda seguirá firme si el clima acompaña y el crédito se sostiene. Las proyecciones más optimistas hablan de un crecimiento del 30% en unidades vendidas respecto a 2024. Para lograrlo, será clave no caer nuevamente en la lógica del rebote, sino consolidar un modelo de crecimiento estable y tecnológico.

Lo que empezó con buenos números en Expoagro y ahora se consolida en Agroactiva, podría ser el inicio de un ciclo virtuoso. El gran desafío: convertir estas señales en políticas que promuevan la inversión, el desarrollo industrial y la productividad en el agro argentino.