Rendimiento, sanidad y calidad: las claves para acertar con el híbrido de girasol

Rendimiento, sanidad y calidad: las claves para acertar con el híbrido de girasol

Ambiente, potencial del suelo y manejo son claves al momento de elegir el híbrido de girasol. Un informe de Aapresid revela por qué mirar solo el rinde puede ser un error costoso.

Elegir el híbrido de girasol adecuado va mucho más allá del rinde que promete el folleto. Según un informe de la Red de Girasol de Aapresid, elaborado con datos del INTA, el ambiente, la sanidad y la calidad del grano pesan tanto —o más— que el rendimiento potencial.

“El primer paso es entender dónde vamos a sembrar”, explica el especialista Sebastián Zuil. Para zonas de alto potencial como Balcarce o Rafaela, conviene optar por híbridos estables y acompañar con un manejo intensivo. En suelos más limitantes, en cambio, la rusticidad se vuelve prioridad.

En el norte del país, las siembras tempranas permiten esquivar el estrés térmico y liberar campo para una segunda campaña. En el sur, las heladas tardías y enfermedades como Phomopsis definen la estrategia. El problema es que casi no quedan ciclos cortos disponibles, pero los largos bien manejados pueden ofrecer mejor rinde y calidad.

Zuil advierte que elegir un híbrido solo por precio o cercanía del distribuidor puede ser un error. Factores como el vuelco o la tolerancia a enfermedades son fundamentales. Phomopsis lidera el ranking de amenazas, seguida de Verticillium, Sclerotinia y Mildiu.

Sanidad y rendimiento: claves invisibles en el lote

El informe de la Red Aapresid incluye una evaluación sanitaria de híbridos frente a enfermedades como Alternaria, Phoma y cancro del tallo. Para algunas hay genes de resistencia disponibles, pero otras exigen chequeo fino del comportamiento en cada zona.

A la hora de priorizar entre rinde y calidad, Zuil es claro: ambos procesos están desacoplados. Es decir, un híbrido puede rendir muy bien y tener bajo porcentaje de aceite, o viceversa. Y eso impacta directo en la rentabilidad.

La bonificación por calidad también debe tenerse en cuenta. En girasol convencional, se paga un 2% más por cada punto de aceite sobre el 42%. En alto oleico, la prima depende del contrato, pero solo se activa si el híbrido supera el 82% de ácido oleico.

Diversificar híbridos: cuándo conviene y cómo hacerlo

En campos grandes (500 a 1000 ha), combinar híbridos y fechas permite escalonar la cosecha y optimizar la logística. En lotes chicos, conviene considerar cada ambiente y ajustar el híbrido al perfil del suelo más que diversificar dentro del mismo lote.

El girasol tiene, además, una ventaja estructural: su ciclo corto y el barbecho invernal permiten arrancar con buenos niveles de agua y menor presión de malezas, lo que mejora el punto de partida.

El informe concluye que los rindes aún están lejos del potencial y que la diferencia la hace el manejo. La fertilización nitrogenada solo respondió en 4 de 13 ensayos; subir densidad ayudó en el 25% pero elevó el riesgo sanitario. Los fungicidas, apenas sumaron en ambientes de muy alto potencial.

La clave, según Aapresid, está en conocer el lote, ajustar cada práctica y elegir el híbrido con información técnica, no por intuición ni conveniencia comercial. Una decisión informada puede ser la diferencia entre un girasol con buena pinta y uno con buena rentabilidad.

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