En julio ingresaron al país más de 4.100 millones de dólares por exportaciones agroindustriales, impulsados por la liquidación de DJVE antes del vencimiento de los beneficios fiscales. Fue el mejor julio desde que hay registros y el cuarto mejor mes de la historia.
Julio de 2025 cerró con una de las mayores inyecciones de divisas para el país provenientes del complejo agroexportador. Las empresas del sector liquidaron un total de U$S 4.102 millones, lo que lo convierte en el mejor julio desde que existen registros (2002) y en el cuarto mejor mes de todos los tiempos, según el reporte mensual de CIARA-CEC.
La cifra representa un aumento del 57 % respecto al mismo mes de 2024 y fue celebrada en los principales despachos oficiales. Desde la Casa Rosada hasta el Banco Central, la noticia fue recibida como un alivio para las reservas y una señal positiva en medio de un panorama financiero tenso.
El impulso vino de la mano de la finalización del Decreto 38/25, que redujo temporalmente las retenciones a las exportaciones de granos. Las empresas aprovecharon ese beneficio antes de su vencimiento, el 30 de junio, registrando en tiempo récord declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE) que ahora comienzan a liquidarse.
CIARA-CEC explicó que las empresas agroexportadoras debieron anticipar el 95% del valor de cada contrato de exportación y prepagar derechos de exportación, lo que aceleró el flujo de dólares. Esta situación, sumada a una cosecha que terminó mejor de lo esperado, consolidó el buen desempeño del sector en este tramo del año.
En comparación histórica, julio 2025 solo quedó por debajo de septiembre de 2022 (U$S 8.120 millones, con dólar soja), mayo de 2022 (U$S 4.231 millones) y mayo de 2023 (U$S 4.213 millones). Lo llamativo es que en esos momentos los precios internacionales de la soja y el maíz estaban en niveles récord, cosa que hoy no ocurre.
Desde enero, el acumulado de liquidaciones supera los U$S 19.500 millones, casi U$S 6.000 millones más que en igual período del año pasado. De seguir esta tendencia, 2025 podría terminar como el segundo mejor año en términos de ingresos por exportaciones agroindustriales.
No obstante, el contexto internacional marca diferencias: los precios actuales de la soja y el maíz rondan los U$S 370 y U$S 150, respectivamente, muy por debajo de los niveles de 2021 y 2022. Por eso, el desempeño actual se explica más por decisiones políticas y fiscales que por un boom de precios.
Con este escenario, el Gobierno gana algo de aire en el frente cambiario y financiero, mientras el campo vuelve a mostrar su peso en la economía real. La incógnita es si este ritmo podrá sostenerse en los próximos meses, cuando ya no esté vigente el incentivo extraordinario que marcó este julio récord.
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