El oeste chaqueño apuesta fuerte al girasol con hasta 110.000 hectáreas implantadas

El oeste chaqueño apuesta fuerte al girasol con hasta 110.000 hectáreas implantadas

En el departamento Almirante Brown, el INTA y productores trabajan en ensayos, capacitaciones y prácticas sustentables para consolidar al girasol como cultivo estratégico, con proyecciones de hasta 110.000 hectáreas implantadas.

En el departamento chaqueño de Almirante Brown, la campaña de girasol 2025 se perfila con condiciones muy favorables y expectativas históricas. Desde la Agencia de Extensión Rural (AER) del INTA Pampa del Infierno se estima que podrían implantarse entre 100.000 y 110.000 hectáreas, consolidando al cultivo como una opción estratégica para la región.

El trabajo técnico incluye ensayos comparativos de híbridos y pruebas sobre tratamientos de semillas para evaluar implantación, vigor inicial, sanidad y enraizamiento. En las próximas semanas, además, se sumarán tres ensayos de fertilización, con el fin de optimizar el uso de nutrientes en función de los suelos locales.

En paralelo, el equipo técnico de la AER —integrado por Verónica Palacios, Josildo Espíndola y Edgardo Leonhardt— avanza con la cosecha de los últimos ensayos de maíz, recolectando datos y procesando muestras en la sede. Estas acciones se desarrollan en el marco de programas regionales y nacionales del INTA, con el apoyo de productores, empresas semilleras, el Ministerio de Producción provincial y firmas proveedoras de insumos.

Un rol clave lo cumplen los productores demostradores, que abren sus campos para compartir experiencias con otros agricultores, técnicos, estudiantes y universidades. Este modelo permite validar y transferir conocimientos directamente en el territorio, complementado con capacitaciones y jornadas a campo sobre manejo de cultivos, control de plagas y enfermedades, y estrategias de fertilización.

La sustentabilidad es otro eje central. El INTA promueve sistemas productivos perdurables, priorizando el cuidado del suelo como recurso estratégico. El uso racional de insumos, evitando excesos, es clave para proteger la microbiota del suelo, esencial para mantener la productividad y la estabilidad de los ecosistemas agrícolas.

Este enfoque se nutre de las ideas del investigador Luis Wall (Conicet), quien recuerda que el suelo “no es solo un soporte físico: es un organismo vivo que sostiene la vida vegetal y, por lo tanto, la producción agrícola”. Mantener activa la biodiversidad microbiana, sostiene, es fundamental para el reciclaje de nutrientes, la estructura del suelo y su resiliencia ante el estrés.

El modelo desarrollado en esta campaña demuestra que la articulación entre sector público, privado, académico y productivo es posible y efectiva. A través de investigación, experimentación en campo, formación técnica y extensión, se genera conocimiento adaptado a la realidad local.

Con esta red de trabajo e innovación, el norte chaqueño se prepara para una campaña de girasol que no solo promete altos rindes, sino también una base tecnológica y ambiental sólida para el futuro de la producción.

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