La carne argentina recupera terreno afuera, pero preocupa el impacto en el stock bovino

La carne argentina recupera terreno afuera, pero preocupa el impacto en el stock bovino

Las exportaciones de carne vacuna crecieron 10% en julio y alcanzaron el mayor volumen del año, impulsadas por la suba de precios internacionales y la mejora cambiaria. Sin embargo, el stock bovino enfrenta riesgos por la alta faena y el fuerte consumo interno.

Las exportaciones de carne vacuna de julio totalizaron 76.000 toneladas, según datos del INDEC. El volumen representó un aumento del 10% interanual y del 7% respecto de junio, consolidándose como el mayor registro de 2025 hasta el momento.

El repunte marca un quiebre con el inicio de año, cuando las ventas externas mostraban una caída cercana al 25%. Desde entonces, el sector fue achicando la brecha gracias a la recuperación de los precios internacionales, que ya habían mostrado un impulso en junio.

De todas maneras, el saldo acumulado entre enero y julio sigue en terreno negativo: 450.000 toneladas, un 15% menos que en el mismo período de 2024. El repunte reciente no alcanza todavía para revertir la caída del primer semestre.

Uno de los factores que dio aire a los exportadores fue la devaluación del peso, que mejoró la liquidación de las ventas externas. El dólar para la exportación de novillos pasó de alrededor de $1.050 a $1.210. En cambio, las exportaciones de carne de vaca hacia China, que no pagan retenciones, se liquidan al tipo de cambio oficial, en torno a $1.290.

También influyeron expectativas políticas. Antes de la Expo Rural de Palermo circuló la versión de que el Gobierno eliminaría los derechos de exportación del 6,75% a la carne de novillo. Finalmente, la baja fue de solo 1,75 puntos, quedando en 5%. Aunque el recorte fue menor, el sector recibió el alivio del tipo de cambio.

El mercado interno, mientras tanto, mantiene una elevada demanda. La faena de julio fue de 1,248 millón de cabezas, que significaron 286.000 toneladas de carne. Tras descontar las 77.000 toneladas exportadas, quedaron 209.000 toneladas disponibles en el país, lo que implica un consumo de 53 kilos anuales per cápita, en recuperación frente a meses anteriores.

El abastecimiento doméstico se complementa con 48 kilos anuales de carne de pollo y 18 kilos de cerdo, llevando la disponibilidad total a 119 kilos por habitante. Se trata de uno de los consumos de proteína animal más altos del mundo.

Esta fuerte demanda interna explica por qué los precios de las carnes subieron un 58% interanual, contra una inflación general del 38%. Para los analistas, el dato refleja el mayor poder adquisitivo de los hogares y la preferencia del consumidor argentino por la carne vacuna, aunque a costa de una presión sobre el stock de vacas y novillos, que podría reducirse en los próximos meses.

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