La fertilización se torna una estrategia fundamental en la presente temporada de cultivos de gruesa, en un año desafiante desde lo agronómico, climático y económico.
La próxima campaña gruesa llega con desafíos significativos. Factores como un clima impredecible y un contexto económico incierto -marcado por derechos de exportación y cosechas récord en otros mercados, caída de los precios- ponen en riesgo la rentabilidad por hectárea.
En este escenario, la eficiencia en cada decisión es crucial, y el uso de fertilizantes emerge como una herramienta indispensable para enfrentar estos desafíos y asegurar la sustentabilidad a largo plazo.
El correcto manejo de los nutrientes es vital para optimizar los recursos del suelo y mejorar los rindes. Los tratamientos fertilizantes, que permiten una mayor absorción y retención de nutrientes, son fundamentales para potenciar la productividad sin comprometer la sostenibilidad.
Según ensayos de Fertilizar y el INTA, el uso adecuado de la tecnología en fertilización ha sido responsable del 20% del rendimiento en maíz y el 10% en soja, con brechas de hasta 47% y 35% respectivamente, asociadas principalmente a insuficiencias nutricionales.
“En este contexto, el uso eficiente de los nutrientes es clave para maximizar la inversión del productor”, asegura Sergio Melloni, director general de Verdesian LifeSciences para Sudamérica y vicepresidente de Verdesian LifeSciences para Sudamérica y Latam.
Según el vocero, la correcta aplicación de fertilizantes “puede ser la diferencia entre un rendimiento estándar y uno superior”, especialmente en un año donde cada decisión cuenta.
TECNOLOGÍA INNOVADORA PARA UN MAYOR RINDE
Los tratamientos fertilizantes de última generación no solo mejoran la absorción de nutrientes críticos como el nitrógeno y el fósforo, sino que también aseguran una mayor eficiencia en su uso.
“Combinamos la biología y fisiología vegetal para optimizar el uso de nutrientes desde la semilla, logrando mejorar el crecimiento de las plantas y aumentar el potencial de rendimiento. Nuestras tecnologías incluyen productos biológicos, fertilizantes y polímeros que permiten una eficiente nutrición mientras potencian lo invertido en nutrientes”, agregó Melloni.
Para el cultivo de maíz, por ejemplo, la aplicación del tratamiento protector para fertilizantes nitrogenados Verdesian NueCharge G, luego de 6 campañas y con un total de 81 sitios de ensayos, ha permitido un incremento de rinde promedio de 6%, con un retorno sobre la inversión de 13:1.
En el caso de la soja, la respuesta promedio de 5 campañas y 34 sitios de Argentina ha sido de un 6% más de rendimiento, gracias al uso del tratamiento biológico Verdesian Preside, inoculante promotor del crecimiento vegetal.
Por ese motivo, Melloni subraya: “Nuestro compromiso es liberar todo el potencial de los nutrientes aplicados, optimizando cada recurso para obtener mayores rendimientos y promover una agricultura sustentable”.
PROYECCIONES DE MERCADO EN FERTILIZANTES
Aunque las proyecciones para 2024 indican un volumen similar al del año anterior (4,7 millones de toneladas de fertilizantes), esta cifra sigue lejos del uso óptimo de tecnología, que en 2021 alcanzó los 5,7 millones de toneladas.
“Combinamos la biología y fisiología vegetal para optimizar el uso de nutrientes desde la semilla, logrando mejorar el crecimiento de las plantas y aumentar el potencial de rendimiento. Nuestras tecnologías incluyen productos biológicos, fertilizantes y polímeros que permiten una eficiente nutrición mientras potencian lo invertido en nutrientes”, agregó Sergio Melloni.
Este sub-aprovechamiento pone de relieve la necesidad de ajustar las estrategias de fertilización para sacar el máximo provecho a los recursos disponibles.
“La fertilización es una herramienta esencial para mejorar la productividad y cuidar la tierra. Un buen diagnóstico del lote, empezando por un análisis de suelos, es el primer paso hacia decisiones que impacten de forma positiva en los rendimientos”, explica el referente.
Las buenas prácticas de manejo, sumadas a una fertilización eficiente, permiten no solo aumentar los rendimientos, sino también proteger los suelos para el futuro. Apostar por un uso balanceado y preciso de los nutrientes es el camino más seguro hacia una campaña rentable y sostenible.
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