Que el país tenga que comprar en el exterior su producto más emblemático suena como algo negativo. Sin embargo, analizando el panorama internacional y experiencias de otros países, podría representar una gran oportunidad.
Si hay un producto que representa a Argentina en todo el mundo es la carne vacuna. Desde hace más de 150 años el país es referente internacional de este producto y pese a los retrocesos de los últimos años, la sola mención de nuestras carnes es señal de calidad y tradición en cualquier rincón del globo.
Es por ello que la idea de tener que importar este producto le puede parecer una muy mala señal a los lectores más desprevenidos. Sin embargo, especialistas indican que podría representar una muy buena oportunidad, especialmente en un contexto económico que deja bastante que desear.
El periodista agropecuario Guillermo Crampet fue entrevistado por Equipo de Noticias por Canal 13 Max de Corrientes. Analizando la situación internacional destacó el crecimiento registrado en los tiempos recientes y las buenas proyecciones que hay.
«Hay muy buenas perspectivas para lograr una mayor demanda internacional, los precios son muy interesantes», aseguró. Esto hizo que muchos países vuelquen más de su producción a los mercados internacionales.
Uruguay, el ejemplo a seguir
Crampet explicó que esta situación podría llevar a los países a desatender un poco los mercados locales. Es ante toda esta situación que aparece una posibilidad que para una persona no tan conocedora puede parecer un sacrilegio: que Argentina tenga que importar carne vacuna.
Pero el entrevistado explicó por qué puede ser una buena oportunidad que aplicada de manera correcta puede tener beneficios para el país. «Es una herramienta muy estratégica, el primero que lo hizo fue Uruguay«, dijo.

«China fue una aspiradora de carne entre 2019 y 2022, Uruguay colocaba el 90% de su producción en el exterior y para no descuidar el mercado interno ni experimentar una valorización de la carne tan alta, comenzó a importar cortes más baratos desde Brasil y Paraguay», comentó. Fue así como el vecino país logró no desatender su mercado interno y ofrecer a sus ciudadanos buena carne a precios accesibles, «pero utilizar su carne que se pagaba muy bien afuera para el ingreso de divisas».
La experiencia uruguaya podría ser inspiradora para Argentina. Más teniendo en cuenta que de este lado del río de la Plata hay más de 50 millones de cabezas de ganado contra las apenas 11 de aquel margen.
«Fue una estrategia que aplicó Uruguay, que fue muy satisfactoria y que Argentina podría ejecutar«, dijo el periodista, agregando que «el mercado internacional está siendo muy atractivo por estos próximos 6 meses».
Es así que un escenario que podría resultar preocupante, en realidad, podría ser beneficioso. El mercado local mantendría precios y calidad, y las arcas nacionales, en invernada.
¿Y los aranceles?
Donald Trump sacudió los mercados internacionales con su política de aranceles para los productos que ingresan a Estados Unidos. Esto fue visto con mucha preocupación en todo el mundo y afectó también a Sudamérica.
«Estados Unidos es el gran jugador para las exportaciones de carne, hay que ver como inciden las nuevas configuraciones que impondrán la política de aranceles», explicó Crampet. Ahora lo que se espera es la respuesta china.
Ante todo este contexto, las carnes sudamericanas podrían ser beneficiadas al final de cuentas.
«Se espera que el mercado exportador mejore, aunque en Argentina disminuyó la faena, pero a nivel internacional sube todo, esto empuja el precio del ganado y configura un escenario muy atractivo», detalló Crampet.
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