Aunque en la zona central del Chaco las lluvias trajeron alivio, no obstante los últimos 90 días fueron de mucha incertidumbre donde comenzó a faltar uno de los recursos más necesarios para la actividad agropecuaria.
Así, en las zonas rurales del interior, la crisis hídrica se convirtió en un problema cada vez más alarmante. La falta de agua afecta no solo a la producción agropecuaria, sino también a la vida cotidiana de los habitantes.
Alfredo Ricardo Billa, especialista en perforaciones que trabaja para brindar soluciones a los productores que enfrentan este desafío, relató la grave situación y las dificultades que se presentan en el acceso al agua.
En las regiones afectadas, la falta de precipitaciones ha llevado a la desaparición de las napas de agua. Billa relató su reciente experiencia en Castelli, comentando que «se trabajó todo un día para nada, porque la napa estaba seca. Hicimos dos perforaciones más y no hubo caso» describió.
La situación se agrava aún más cuando se observa que no hay acciones concretas por parte de las entidades responsables. «Nadie hace nada, las entidades que tendrían que poner atención, regular, no sé, para mí que no saben mucho», expresó con indignación.
El desborde del río Bermejo, que históricamente contribuía a la recarga de las napas subterráneas, dejó de ocurrir desde el año 2000, según lo relatado por Billa. «Hace más de 20 años que no hay inundaciones, y cada vez peor porque las entradas hacia las compuertas o algo así están todas obstruidas, cerradas, sucias» describió.
Soluciones improvisadas
En un contexto de escasez de agua, los productores se ven obligados a buscar soluciones temporales para abastecer a sus animales. Billa compartió una de las iniciativas que desarrolló para sobrellevar esta situación. «Hicimos una pileta en uno de los riachos secos para que los productores puedan dar de tomar a la hacienda. Usamos materiales de la zona, un quebracho blanco caído que cortamos en tablas, postes que estaban disponibles y una lona de 6 pies» indicó.
Y agregó que «este tipo de soluciones improvisadas permiten aliviar la crisis momentáneamente, pero no representan una solución sostenible en el tiempo».
Además, señaló que la situación varía según la región: «La zona de Presidencia de la Plaza hacia el norte es de las mejores, pero del otro lado de la Ruta 16 hacia el sur es impresionante. La gente, no sé cómo se arreglan, acarrean agua porque de otra forma no hay» dijo.
Deja un comentario
Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *.