Pese al nuevo esquema cambiario y la advertencia del presidente Javier Milei sobre el regreso de retenciones más altas desde julio, el campo no acelera la venta de granos. La liquidación de divisas sigue siendo baja para esta época del año, a pesar del crecimiento en la llegada de camiones a los puertos cerealeros.

El tipo de cambio exportador, que inicialmente generó expectativas en el sector, ya se ubica por debajo del nivel previo a la implementación del esquema de flotación del dólar. Esto, sumado a una caída de los precios locales de la soja, desalienta a los productores a desprenderse de sus stocks.

Según Melina Eidner, economista de Portfolio Personal Inversiones, la liquidación diaria creció solo marginalmente tras los cambios en el sistema cambiario. Pasó de USD 101 millones el 11 de abril a USD 138 millones el 21 del mismo mes, un ritmo considerado insuficiente.

Al comparar con años anteriores, los números muestran un retroceso: en abril de 2021, la liquidación diaria fue de USD 216 millones (ajustado por inflación), en 2022 fue de USD 226 millones, y en 2023 alcanzó USD 160 millones. Actualmente, la cifra está muy por debajo de esos valores.

Precios bajos y cautela productiva

Uno de los factores clave es la caída en el precio de la tonelada de soja en el mercado de Rosario, que pasó de $340.000 a $310.000 tras el anuncio del nuevo esquema. Este dato fue señalado tanto por Eidner como por el consultor Javier Preciado Patiño como determinante en la decisión de los productores de esperar.

Aun así, la actividad logística muestra señales positivas: en lo que va del año, ingresaron un 13% más de camiones a los puertos del Gran Rosario en comparación con el mismo período de 2024. Solo este martes se registraron casi 4.300 unidades, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Sin embargo, la registración de exportaciones está 20% por debajo del promedio habitual para esta época. Aunque todavía hay margen para que se compense en lo que resta del mes, los analistas no ven señales contundentes de un repunte inmediato.

Desde Outlier, el economista Juan Manuel Truffa subrayó que siempre habrá un mínimo de ventas por necesidades operativas, pero remarcó que la “liquidación fuerte” todavía no se ha iniciado. “El tipo de cambio no termina de ser lo suficientemente atractivo y el precio de la soja no ayuda”, comentó.

El presidente Milei había señalado días atrás que la reducción de retenciones es transitoria y que en julio volverán a subir. “Avísenle al campo que si tienen que liquidar, que lo hagan ahora”, advirtió. La soja, por ejemplo, pasaría del 26% actual nuevamente al 33%.

Presión fiscal y margen político

Los derechos de exportación para cultivos como trigo, maíz, cebada y girasol también se verán afectados por el fin de la baja temporal. La reversión en julio pondría en pausa los reclamos del sector que busca una reducción definitiva de estos tributos.

En el Congreso, la oposición presentó proyectos para que la baja sea permanente, pero el equipo económico insiste en la necesidad de mantener el superávit fiscal, lo que complica un eventual alivio tributario.

El FMI también apuntó al tema en su último informe: recomendó al Gobierno reemplazar gradualmente los impuestos distorsivos, como las retenciones y el impuesto al cheque, por otros más simples y equitativos. El pedido, aunque técnico, reaviva el debate sobre la sostenibilidad del esquema impositivo vigente.