Encuesta nacional: el pollo, sinónimo de confianza y salud para los argentinos

Encuesta nacional: el pollo, sinónimo de confianza y salud para los argentinos

Un estudio del CEPA mostró que el pollo es uno de los alimentos con mayor aceptación entre los argentinos, asociado a salud, confianza y accesibilidad.

La carne de pollo ocupa un lugar central en la dieta de los argentinos. Más allá de su precio competitivo y versatilidad, lo que define el vínculo con los consumidores es la confianza. Así lo demostró la tercera edición del estudio del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), presentada durante el XXIII Congreso Argentino de Nutrición.

La investigación, realizada junto a la consultora Marketing con Sentido, encuestó a 900 personas de entre 25 y 65 años de distintas regiones y niveles socioeconómicos. El objetivo fue indagar en creencias, hábitos y percepciones sobre el consumo de pollo y la industria avícola.

Los resultados son contundentes: más de la mitad de los consultados consume pollo entre una y tres veces por semana, consolidándolo como una de las principales fuentes de proteína animal en el país. El 53% lo asocia directamente con la salud, mientras que un 26% lo elige por su precio y un 18% por su practicidad en la cocina.

El estudio también reveló una tendencia cultural: la “vuelta a la cocina”. Cada vez más consumidores valoran la posibilidad de preparar comidas caseras, saludables y con ingredientes confiables. Este fenómeno refuerza la presencia del pollo como una opción cotidiana y accesible.

En cuanto a los canales de compra, el 69% de los encuestados prefiere las pollerías tradicionales frente a los supermercados. La atención personalizada y la percepción de mayor frescura explican este fenómeno, que confirma al “pollero” como un referente de confianza.

Un dato destacado es que el 87% de los argentinos manifestó interés en conocer más sobre el proceso productivo y la trazabilidad de la carne aviar. Esta demanda se alinea con las tendencias globales de consumo responsable y sostenible, donde el origen y las prácticas de producción juegan un papel central.

Para los especialistas, la imagen positiva del pollo refleja años de inversión en tecnología, control sanitario y comunicación. Sin embargo, advierten que aún queda espacio para reforzar atributos como el bienestar animal, el origen nacional y el valor nutricional.

“Escuchar al consumidor es clave para mejorar”, concluyó Silvina Campos Carles, integrante del equipo de investigación de CEPA. Con confianza, calidad y cercanía como pilares, la carne de pollo se reafirma como un alimento esencial en la mesa argentina.

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