China intensifica compras de soja en Sudamérica en medio de su disputa comercial con Estados Unidos. Argentina aprovecha con exportaciones récord, pero la industria local siente la competencia por el poroto.
La falta de un acuerdo comercial entre China y Estados Unidos volvió a alterar el tablero global de la soja. Al llegar a mediados de agosto, el principal comprador mundial aún no registra adquisiciones de poroto estadounidense de la campaña 2025/26, cuando un año atrás ya había comprometido más de dos millones de toneladas. El promedio de los últimos cinco años supera las siete millones, lo que marca la magnitud de la ausencia.
La contracara es un gigante asiático mucho más activo en Sudamérica. En julio, las importaciones totales superaron las 11 millones de toneladas, con un salto interanual de casi 14% en las compras a Brasil. La estrategia busca asegurar mercadería en un contexto de incertidumbre geopolítica y comercial.
En este escenario, las primas FOB en los puertos sudamericanos se sostienen firmes, reflejando la fuerte competencia entre compradores internacionales. Ese diferencial volvió a dejar en positivo el margen teórico de exportación de poroto en Argentina, un hecho que alimenta los embarques y agrega presión sobre la industria.
Los números locales son contundentes. Solo en agosto, hasta el día 20, Argentina embarcó unas 900.000 toneladas de soja, con compromisos que superan 1,2 millones de toneladas hacia las próximas semanas. Cada mes, los despachos se ubican por encima de los promedios recientes, consolidando una campaña con fuerte salida de grano y un agosto que se encamina a ser récord de varios años.
En Brasil, las proyecciones de exportación para agosto y septiembre también se ubican por encima de los registros históricos, aunque con cierto freno hacia adelante por el foco en el maíz safrinha. De hecho, las primas ya muestran una leve moderación para octubre, aunque se mantienen en niveles elevados.
Soja: un mercado en tensión
La fuerte demanda de China en Sudamérica, la ausencia de compras en Estados Unidos y el protagonismo de la exportación de poroto configuran un escenario desafiante para la industria aceitera. Con menor disponibilidad de mercadería, la competencia se intensifica y condiciona la operatoria local.
Hacia adelante, la gran incógnita es si China retomará compras de poroto estadounidense o si profundizará su estrategia de diversificación en la región. Mientras tanto, la demanda sostenida de soja sudamericana impulsa exportaciones, tensiona al complejo industrial argentino y aporta sostén a los precios locales en un mercado global pendiente de cada movimiento entre Washington y Pekín.
Deja un comentario
Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *.