En julio, la faena bovina se mantuvo estable respecto al año pasado, pero con animales más pesados, lo que permitió un leve incremento en la producción de carne. El peso promedio subió tres kilos en el acumulado anual.
La industria frigorífica bovina argentina cerró julio con una oferta de carne en alza, gracias a un aumento del peso promedio de los animales faenados. Según el informe mensual del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas ABC, las carcasas promediaron 233,5 kilos en el último mes, lo que significa un 1% más que en junio y un 1,7% más que en julio del año pasado.
En términos de actividad, se faenaron aproximadamente 1,245 millones de cabezas en julio, lo que implica un aumento del 9,8% frente a junio en valores absolutos, pero una baja del 10,2% si se ajusta por la menor cantidad de días hábiles del mes anterior. Frente al mismo mes de 2024, la variación fue negativa en 1,4%, con 17.700 animales menos.
A nivel acumulado, entre enero y julio de 2025 se procesaron 7,86 millones de bovinos, cifra prácticamente igual a la del mismo período de 2024, cuando se faenaron 7,83 millones. Esto marca un escenario de estabilidad en el volumen de actividad, con la diferencia de que este año los animales llegan más pesados a los frigoríficos.
La producción de carne bovina en julio alcanzó unas 290.600 toneladas equivalente res con hueso, un 10,9% más que en junio y 0,3% por encima de julio de 2024. En lo que va del año, se produjeron cerca de 1,812 millones de toneladas equivalente carcasa, lo que representa un incremento de 1,7% interanual.
Por categorías, el comportamiento fue dispar: la producción de carne de novillos y novillitos creció 3,3%, la de vaquillonas subió 6,8%, mientras que la de toros y vacas se redujo 6,8% y 7,1%, respectivamente. Esto evidencia que la mejora en el peso medio se concentró en los animales destinados a cortes de mayor calidad.
El peso promedio acumulado en los primeros siete meses del año se ubicó en 230,7 kilos, tres kilos más que en el mismo período de 2024. Este incremento refleja mejores condiciones de terminación y alimentación en el campo, a pesar de que el número de cabezas faenadas no registró grandes variaciones.
Otro dato relevante para el sector es la estabilidad en la faena de hembras, que en julio representó el 47,8% del total, prácticamente igual que un año atrás. En el acumulado anual, el porcentaje es de 47,3%, por debajo del 48,1% del mismo período de 2024, lo que significa que se enviaron a faena unas 50.900 hembras menos.
Con un mercado interno y externo que continúa demandando, el desafío para la cadena cárnica será sostener este mayor peso de faena en un contexto de costos crecientes y de alta competencia por los insumos, manteniendo la calidad que posiciona a la carne argentina en el mundo.
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