A pesar de las medidas cambiarias y fiscales implementadas, no sólo quedan por comercializar cerca de 10 millones de toneladas de soja sino que además se mantiene lento el ritmo de comercialización de la actual cosecha.
Con la mira puesta en robustecer las reservas del Banco Central, el Gobierno nacional apuesta a que el levantamiento del cepo cambiario y la reducción temporal de las retenciones activen la liquidación de divisas del sector agroexportador. La expectativa oficial es que, sin restricciones, el campo acelere la venta de granos y reactive el flujo de dólares hacia el sistema financiero.
Pese a las medidas fiscales y cambiarias implementadas, el ritmo de comercialización de granos sigue por debajo de lo esperado. Según estimaciones privadas, aún quedan sin vender unas 10 millones de toneladas de soja, mientras que la cosecha actual también avanza con una comercialización lenta.
El paquete anunciado incluyó la unificación del tipo de cambio, la flexibilización del mercado cambiario y la baja temporaria de retenciones a productos clave como la soja, el maíz y el trigo. Desde la Casa Rosada confían en que, con estas condiciones, se destrabe la venta masiva de granos y el campo empiece a liquidar divisas que hoy permanecen “guardadas” en silobolsas.
Sin embargo, la reacción del agro fue más cautelosa de lo esperado. A pesar de las nuevas condiciones, el volumen de divisas liquidadas desde el anuncio alcanza apenas los 1.700 millones de dólares, una cifra por debajo de las expectativas oficiales. En el Ejecutivo entienden que la clave pasa por generar confianza para que los productores se desprendan de sus granos.
El propio presidente Javier Milei dejó en claro su postura días atrás, al advertir: “Avísenle al campo que si tiene que liquidar, que liquide ahora, porque las retenciones vuelven en junio”. La frase generó molestia en el sector, donde consideran que no son los productores los encargados de liquidar divisas, sino los exportadores.
Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina, respondió que “el presidente sabe que los productores no liquidan, los que lo hacen son los exportadores. Nosotros entregamos el grano y lo dejamos en los acopios”. Además, recordó que el propio Gobierno había anunciado desde el inicio que la baja de retenciones sería transitoria.
En la misma línea se pronunció Gustavo Idígoras, presidente de CIARA-CEC, quien sostuvo que “nadie debería sorprenderse” por el fin de la baja de retenciones en junio, y advirtió que “los exportadores necesitan que los productores reciban el precio lleno para que produzcan más y vendan más”.
Desde el campo aseguran que el ritmo de ventas no difiere del de otros años y que se comercializa en función de las necesidades financieras de cada productor. Pino remarcó que, incluso, las ventas acumuladas entre la campaña pasada y la actual son mayores que en años anteriores a esta altura del calendario.
El Gobierno, sin embargo, confía en que el nuevo escenario sin cepo pueda generar un punto de inflexión. La expectativa es que con un tipo de cambio único y la perspectiva de que las retenciones vuelvan en junio, el campo decida vender su producción y liberar los cerca de 4.000 millones de dólares que siguen sin ingresar al mercado.
Para que eso ocurra, será clave sostener la estabilidad macroeconómica y generar certidumbre en el mercado. Por ahora, los números mandan y muchos productores siguen esperando una mejora en el tipo de cambio o una prórroga del alivio impositivo. La apuesta oficial es clara: sin cepo y con señales consistentes, el campo volverá a ser el gran motor de ingreso de divisas para el país.
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