El invierno vuelve a jugar a favor del maíz: el frío intenso y las heladas de este 2025 están reduciendo la población de chicharritas y bajando su capacidad de infección, replicando el efecto positivo del ciclo anterior.
La campaña de maíz 2025/26 arranca con señales positivas en términos sanitarios. Según el 21° informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis —la conocida chicharrita del maíz—, entre el 3 y el 19 de junio se observó una fuerte retracción de la plaga en las zonas Centro y Litoral del país. El factor clave: el frío intenso y las heladas tempranas.
Este escenario ya se había dado en el invierno anterior, cuando el descenso de temperaturas contribuyó a frenar el brote que en la campaña 2023/24 había generado serios daños. “Las heladas volvieron a jugar un papel central para frenar la expansión de la plaga”, destacó la Bolsa de Comercio de Rosario en un reciente informe.
El monitoreo muestra una caída de poblaciones en las regiones Centro Sur, Centro Norte y Litoral, mientras que en zonas endémicas del NOA y NEA las densidades siguen siendo elevadas. Sin embargo, los análisis moleculares muestran una disminución en la infectividad con Spiroplasma, el patógeno que la chicharrita transmite.
“Esta baja podría estar asociada a un recambio generacional, con adultos que no entraron en contacto con plantas infectadas, y a un clima menos favorable para la propagación del patógeno”, explicaron desde la Red Nacional de Monitoreo.
Pese a las buenas noticias, los especialistas insisten en no bajar la guardia. Recomiendan seguir con monitoreos intensivos durante el invierno, incluso en cultivos ya cosechados, y utilizar trampas cromáticas adhesivas e inspecciones en malezas y cultivos de cobertura.
Durante los meses fríos, los adultos de Dalbulus maidis cambian de color, volviéndose más oscuros, lo que requiere una observación más cuidadosa para evitar errores de identificación. Comprender estas variaciones es clave para ajustar a tiempo las estrategias de manejo integrado de plagas (MIP).
Desde la Guía Estratégica para el Agro, Cristian Russo remarcó que “las temperaturas bajo cero y las heladas ayudan a disminuir la población de chicharritas”, lo que puede traducirse en menores daños al cultivo en la próxima campaña de maíz.
El informe concluye que inviernos fríos como el actual —que ya superó récords de 2007 y 2018— “resetean el sistema”, diezmando no solo la población de la plaga sino también los maíces voluntarios que actúan como puente verde. Un dato que alimenta el optimismo de los productores de cara a una campaña clave.
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