Productores de Entre Ríos denuncian una situación “de catástrofe” por la expansión de la garrapata bovina, con mortandad de animales y campos improductivos. Reclaman medidas urgentes al Senasa y asistencia para enfrentar la crisis.
La preocupación por la proliferación de la garrapata bovina en Entre Ríos crece día a día y ya provoca graves consecuencias económicas y sanitarias. El presidente de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER), Nicasio Tito, advirtió que en varios departamentos de la provincia la mortandad de animales es generalizada y la actividad ganadera se torna inviable.
En declaraciones a Valor Agro Radio por LT7 Radio Provincia de Corrientes, Tito lanzó una frase que buscó sacudir a las autoridades nacionales: “Si no tomamos conciencia de esta situación, la garrapata va a llegar al Obelisco”. Según remarcó, el problema no se limita a Entre Ríos, sino que afecta a todo el Litoral y requiere un abordaje conjunto.
La situación en departamentos como Feliciano es “muy crítica”, según describió el dirigente. Allí, productores reportan muertes de animales en casi todos los establecimientos, un hecho que golpea de lleno a las economías regionales y amenaza la permanencia de las familias en el campo.
Tito explicó que, en este contexto, los arrendamientos rurales se han derrumbado. “Antes se pagaban tres o cuatro kilos de novillo; hoy no te pagan ni un kilo, porque tenés que vender la vaca y también el campo, ya que es improductivo”, sostuvo. La garrapata convierte al predio en inútil para la ganadería y, por sus características, tampoco es apto para agricultura.
Desde FARER insisten en que el control de la garrapata es responsabilidad nacional, pero piden que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) les delegue poder de policía para actuar de manera más ágil en el territorio. “Queremos herramientas para intervenir antes de que la situación sea irreversible”, expresó Tito.
Entre las medidas concretas, el dirigente propuso que se habiliten líneas de crédito para que los productores construyan baños de inmersión para el tratamiento de los animales. “Esto es clave para cortar el ciclo de la garrapata y evitar que se dispare la mortandad por enfermedades asociadas”, señaló.
El impacto de esta plaga no solo se refleja en la pérdida de ganado, sino también en la transmisión de enfermedades como la tristeza bovina, que agrava la situación sanitaria. La falta de un plan integral y sostenido amenaza con expandir el problema a otras provincias.
“Tenemos que tomar una medida seria, contundente, donde se involucre a Entre Ríos y Corrientes. Si seguimos demorando, este flagelo llegará a todos lados”, concluyó Tito, instando a una acción coordinada entre productores, gobiernos provinciales y autoridades nacionales.
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