La genética ganadera es clave para el éxito de los empresarios del sector. Cómo los estudios pueden ayudar a tener rodeos con mejores rendimientos y que se adapten mejor al terreno en el que nos desarrollamos.
La actividad ganadera encuentra en la ciencia a un poderoso aliado. Y estudiar la genética de los animales es clave para lograr mejores resultados económicos en el largo plazo.
En diálogo con CampoNEA, el genetista Pablo Semhan Franco explicó de qué se trata este aspecto tan importante para los campos tan desafiantes como los del Nordeste Argentino. Es un profesional con una perspectiva integradora que trabajó tanto en el ámbito público como en el privado y en contextos rurales como urbanos. Actualmente, reside en Europa para promover los saberes aprendidos en la región.
«La genética es la ciencia que estudia a los genes y a las leyes de la herencia; los genes son las unidades mínimas de ADN que codifican una secuencia que puede generar un producto funcional», explicó. Agregó que es importante para la ganadería porque le permite al empresario «seleccionar las características que aumenten el rendimiento productivo según el lugar en el que está y las necesidades del establecimiento y del rodeo».

Cómo cuidar la genética
Semhan Franco explicó que la genética se puede cuidar de numerosas maneras, pero siempre con criterios adecuados. Uno de ellos puede ser seleccionar aquellos individuos con una mejor genética para un determinado lugar y utilizarlos como reproductores, «de esa manera nos aseguramos que en mayor frecuencia en las siguientes generaciones los animales tendrán las características óptimas».
Sin embargo, esto puede ser un arma de doble filo: «el ambiente puede cambiar, por lo que tampoco es bueno limitarse solo a un determinado tipo de genética muy excluyente y demasiado endogámico que a la larga pueda verse perjudicado por estas variaciones». Es por ello que dio que «para un programa de selección genética exitosa hay que tener diversidad».
«Para un productor cuidar la línea genética de su ganado le otorga ventajas para tener mejor peso al nacer, al momento del destete, también contar con una mayor cantidad de carne según las características alimenticias de las que dispone», explicó. Con estos factores en cuenta, va a poder vender su producción a un mejor precio según lo que busque el mercado.
«La genética es importante para el desarrollo productivo porque es la base a partir de la cual uno va a poder establecer criterios para seleccionar que es lo más conveniente a la hora de obtener un determinado rodeo», manifestó el genetista. «Cuidar la genética es cuidar el valor económico de los animales que uno tiene y preservarlo para el futuro», explicó.

El ganado del NEA
A su trabajo como genetista, Pablo Semhan Fanco lo desarrolló mayormente en el Nordeste Argentino. También realizó charlas magistrales en Paraguay, por lo que tiene un profundo conocimiento de los campos de la zona y explicó cómo debe ser el ganado genéticamente.
«El ganado del NEA tiene que adaptarse a las características del terreno, hay humedales, pero también más secos, y la característica predominante es el calor que está presente casi todo el año», manifestó. «Para ello hay condiciones fisiológicas para que el ganado se adapte mejor, como el pelaje, la resistencia a algunos parásitos y como tolera determinadas condiciones para tener mergones rendimientos cárnicos», precisó el profesional.
Esto es especialmente importante porque en la región lo que se busca es producir carne. Y los empresarios apuestan por este rubro.
En cuanto a qué razas son las mejores para la región, Semhan Franco aseguró que son Brahman, Braford y Brangus: «son razas cárnicas», dijo. «Son las que mejor se adaptan al calor y a las pasturas disponibles», comentó.
Además, estas líneas tienen «buena aptitud materna para criar, buena capacidad carnicera y un temperamento muy manejable para que sea mucho más manejable para su cría».
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