El mercado de la carne muestra repuntes en valores clave y cierta estabilidad en los corrales, aunque persisten caídas en exportaciones y desafíos en el consumo interno.
La ganadería argentina transita un momento marcado por fuertes contrastes. Mientras los precios de categorías clave como el ternero y el novillito siguen mostrando mejoras, la producción y las exportaciones de carne bovina evidencian caídas que preocupan a los actores del sector. Según el Monitor Ganadero de junio, la faena cayó un 5% en mayo frente al mismo mes del año anterior, y la producción total retrocedió un 2,7% interanual, a pesar de una leve suba mensual del 1%.
En términos absolutos, se faenaron 1,1 millones de cabezas durante mayo, aunque con un dato positivo: el peso promedio de faena alcanzó los 232 kilos, cinco más que hace un año. Esta mejora en el peso compensó parcialmente la menor cantidad de animales procesados, y se tradujo en una producción de 260 mil toneladas.
Los precios, en tanto, ofrecieron alivio para los productores. El ternero tuvo una suba mensual del 5,7% en junio, acumulando un 81,6% interanual, superando con creces la inflación. El novillito también se valorizó, con un alza del 1,4% en el mes y del 54,7% frente al año pasado. En contraste, el precio de los vientres cayó un 6,7% mensual, aunque se mantiene casi al doble de su valor interanual.
Otro dato relevante es la evolución de la relación novillito/maíz, que mejoró un 18,7% respecto a junio de 2024, ubicándose en 16,5 kilos de maíz por kilo de novillito. Esta mejora en los márgenes de conversión favorece al engorde a corral, que ya suma cinco meses consecutivos con resultados positivos.
Aunque el margen bruto por cabeza en feedlots se redujo a $33.226, aún permanece en terreno positivo. Los corrales mantienen una ocupación del 67,45% y una reposición activa (1,16), lo que evidencia una estrategia de sostener el ritmo productivo pese a las dificultades macroeconómicas.
Consumo firme y exportaciones en retroceso
En el frente interno, el consumo de carne vacuna se mantiene dinámico, con el asado liderando en el mostrador: subió un 2,5% en mayo, superando la inflación del mes y consolidándose como el corte más demandado. En el último año, el asado aumentó un 64,7%, por encima del promedio de otras carnes y del índice de precios general.
Respecto a la competencia con otras proteínas, el asado se encareció frente al pollo, con una relación de 3,10 a 1, pero se abarató en relación al cerdo, con una relación de 1,52 a 1. Esta oscilación muestra que la carne vacuna mantiene su lugar en la dieta nacional, aunque con un consumidor más sensible a los precios.
En el mercado externo, las exportaciones mostraron señales mixtas. En abril, se vendieron al exterior productos por USD 250 millones, un 24,8% más que en marzo. Sin embargo, en términos interanuales, los volúmenes exportados cayeron un 10,8%. El precio promedio fue de USD 4.018 por tonelada, con China como principal destino.
El gigante asiático compró el 58,7% del volumen y el 40,7% del valor exportado, con subas interanuales destacadas en cortes como el chuck (+42,4%). En contraste, la Cuota Hilton se pagó a USD 16.800 por tonelada, un 4% menos que el mes anterior, aunque con una mejora interanual del 22,6%.
El contexto económico también influye en el desempeño del sector. Aunque la inflación se desaceleró al 1,5% en mayo y la actividad económica creció un 5,8% interanual en marzo, el consumo sigue condicionado por la pérdida de poder adquisitivo: los salarios cayeron un 0,7% en términos reales ese mes.
El tipo de cambio oficial alcanzó los $1.183 en junio, con una brecha mínima respecto a los dólares financieros. Sin embargo, el tipo de cambio real multilateral sigue por debajo de su promedio histórico, lo que afecta la competitividad del país en los mercados internacionales.
Desde el plano normativo, se anunciaron cambios importantes en junio: se eliminó el derecho de exportación sobre los cueros bovinos y se derogó el peso mínimo de faena desde enero de 2026, lo que busca mejorar la competitividad y facilitar el comercio. Además, Argentina fue clasificada como país de “riesgo estándar” por la Unión Europea, generando tensiones con la Cancillería.
En resumen, el balance ganadero muestra un sector que se mantiene rentable en lo inmediato, pero con señales que llaman a la cautela. La mejora de los precios, el alivio en el costo del maíz y la actividad en los feedlots son factores positivos. Sin embargo, las caídas en producción y exportaciones, sumadas a un contexto macro que aún no despega del todo, exigen atención y políticas que estimulen la inversión y la producción de largo plazo.
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