Ajustados por inflación, los precios del maíz y la soja en Estados Unidos son los más bajos desde julio de 2006. La sobreoferta global y las tensiones comerciales presionan a la baja las cotizaciones, con efectos que se sienten en todo el mundo agrícola.
Los precios del maíz y la soja, los dos principales cultivos del agro estadounidense, se encuentran en su nivel más bajo en términos reales en los últimos 19 años. La caída, ajustada por inflación, deja en evidencia el fuerte deterioro del poder adquisitivo que enfrentan los productores, incluso en un país sin retenciones como Estados Unidos.
La situación se agrava por las buenas condiciones climáticas en el corazón agrícola norteamericano, el Corn Belt, que anticipan cosechas récord. A medida que los granos avancen hacia los silos, es probable que los precios continúen en descenso, afectando a los mercados globales.
Reuters informó que el maíz se encuentra un 30% por debajo de su valor de mediados de 2022, tanto en términos nominales como reales. La soja, por su parte, ha perdido un 24% desde los máximos registrados en noviembre de 2024. Mientras tanto, los costos de producción se han mantenido prácticamente constantes, lo que agrava los márgenes de rentabilidad.
La referencia de los USD 157 actuales por tonelada de maíz en Chicago no equivale al mismo poder de compra de años anteriores. Ajustando por inflación, estos valores son incluso inferiores a los de julio de 2006, cuando se registraron USD 165 en precios reales, según los cálculos de la agencia de noticias.
En el caso de la soja, el precio promedio actual de USD 374,79 es el más bajo desde julio de 2006 también ajustado por inflación. A pesar de que hubo julios con precios nominales más bajos, el poder real de compra de los valores actuales está muy por debajo del promedio histórico.
Impacto global y tensiones comerciales
El problema no afecta solo a los farmers estadounidenses. Al tratarse de precios de referencia internacional, la baja impacta en los ingresos de productores de todo el mundo, incluidos los argentinos, que además deben enfrentar impuestos como las retenciones, que agravan el escenario.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) prevé que las existencias finales de maíz para la campaña 2025/26 aumenten un 24% interanual. Sin embargo, en términos absolutos, el volumen previsto de 42,16 millones de toneladas es menor al de años anteriores, lo que pone en duda esa percepción de abundancia.
En tanto, algunos analistas privados, como Karen Braun, sostienen que el mercado ya descuenta existencias superiores a 50 millones de toneladas, en función del buen rendimiento proyectado. Esto refuerza la idea de una presión bajista sostenida sobre los precios del cereal.
La soja, en cambio, podría tener un respiro. El USDA estima una caída del 11% en las existencias finales para 2025/26, la primera reducción interanual desde 2020. Si el clima de agosto no acompaña, este factor podría impulsar una recuperación de los precios de la oleaginosa en los próximos meses.
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