Un trabajo conjunto entre Barbechando y CREA muestra que volver a las alícuotas anteriores ahogaría la producción en vastas zonas del país. Proponen un cronograma de baja para garantizar empleo, rentabilidad y desarrollo.
Un reciente análisis presentado en el Congreso Nacional advierte sobre la “inviabilidad económica” de gran parte del agro argentino si se confirman los aumentos en los derechos de exportación (DEX) para la soja y el maíz. El estudio, elaborado por la Fundación Barbechando en base a datos del movimiento CREA, apunta directamente contra la posibilidad de que se restablezcan las alícuotas previas a la baja temporal vigente.
El documento indica que, de concretarse ese retorno, el 80% de la soja producida en campos arrendados dejaría de ser rentable, mientras que en el caso del maíz, la inviabilidad alcanzaría al 60% de la superficie. La cuenta regresiva para que venza el decreto que redujo transitoriamente las retenciones tiene al sector agroindustrial en vilo.
En ese contexto, referentes del Congreso y de entidades como FADA y la Bolsa de Cereales de Buenos Aires se unieron para poner en agenda los efectos adversos de una política que, según indican, frena el desarrollo federal y atenta contra la generación de divisas. La advertencia no es solo económica: también implica impactos sociales profundos para el interior productivo.
El informe distingue tres posibles caminos. El primero, llamado “Barranca abajo”, es el más temido: supone un regreso automático a las retenciones más altas. Según CREA, ese escenario derivaría en márgenes nulos para la mayoría de los productores y un cobro del 33% para el Estado en concepto de DEX, sin que esto redunde en beneficios a largo plazo.
Este modelo —afirman— no solo limita la producción agrícola sino que pone en jaque la estabilidad de cientos de localidades rurales. El freno a la rentabilidad afecta el uso de tecnología, el empleo y el ingreso por exportaciones, profundizando la desigualdad territorial.
La segunda alternativa, “un camino sinuoso”, plantea mantener las alícuotas reducidas, lo que permitiría una recuperación relativa. Aunque es poco probable que el Gobierno prorrogue por decreto el beneficio, entidades del campo señalan que esta opción triplicaría la superficie rentable para soja y maíz.
Un modelo sustentable: menor presión y más empleo
Según FADA, mantener la rebaja generaría un costo fiscal de USD 608 millones, equivalente al 0,12% del PBI de 2025, pero este gasto sería parcialmente compensado por una mayor recaudación de Ganancias. Además, la Bolsa de Cereales proyecta que se podría alcanzar una producción récord de 147 millones de toneladas.
El impacto fiscal sería menor al que se cree: la mejora en el rendimiento y los precios permitiría un efecto neto de apenas el 0,07% del PBI. Más aún, se estima que se podrían generar unos 55.000 nuevos empleos entre 2028 y 2029, un dato clave en un país con niveles críticos de informalidad y pobreza.
La tercera vía, llamada “una autovía al desarrollo”, es la más ambiciosa. Propone un cronograma progresivo de eliminación de los DEX vía ley, que incentive el uso de tecnología, aumente la superficie sembrada y dinamice toda la cadena agroindustrial. Solo un 12% del maíz quedaría con márgenes negativos en este escenario.
Barbechando y las entidades que colaboraron en el informe sostienen que este es el momento ideal para eliminar las retenciones de manera definitiva. Argumentan que la presión fiscal actual impide el crecimiento pleno del sector, y que solo una reforma con respaldo parlamentario puede dar certezas a largo plazo.
La propuesta no solo busca beneficiar al productor: apunta a sentar las bases de un modelo agroexportador moderno, competitivo y generador de empleo genuino. Un futuro que, insisten, depende de decisiones políticas concretas y valientes.
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