Miguel Marticorena, productor ovino de Curuzú Cuatiá, describió la fuerte caída de la actividad en Corrientes, que pasó de tener tres millones de ovejas a no superar las 500 mil. Atribuyó la crisis a la baja rentabilidad de la carne de cordero, la pérdida de valor de la lana y el impacto del abigeato, factores que desmotivaron a los productores a mantener la actividad.
Miguel Marticorena, productor ovino de Curuzú Cuatiá, se refirió a la crítica situación que atraviesa la actividad en Corrientes. «El ovino en Corrientes viene en decadencia desde hace bastante tiempo», afirmó, recordando que la provincia llegó a tener tres millones de ovejas y hoy no superarían las 500 mil.
Marticorena explicó que, en zonas como Curuzú Cuatía y Mercedes, antes todo el departamento tenía ovejas, pero hoy casi no quedan. «Lo que hacía el número grande era la bajada grande, cualquier lote de lana eran 15 mil kilos, que significan 5 mil ovejas. Eso ya no hay más», lamentó, señalando que las bajadas grandes que quedan son muy pocas.
Sobre las particularidades de la producción, destacó: «La genética que cría oveja sin pelos es otra realidad. Acá lo que más hacía grande la ovinicultura de Corrientes era la lana y, por supuesto, la carne de cordero. Antes se exportaba».
Sin embargo, hoy la situación es distinta: «Un cordero vale un 60% de lo que vale un kilo de ternero, y es más fácil criar un ternero que un cordero», explicó, remarcando que, a diferencia de otras regiones donde la carne ovina tiene alto valor, en Corrientes la rentabilidad es baja, lo que desincentiva la actividad.
Finalmente, agregó que los problemas de abigeato también han golpeado fuertemente al sector, contribuyendo al declive de la producción ovina en la provincia.
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