El especialista Hugo Rohrmann advirtió que, pese a las lluvias previstas para el este chaqueño en los próximos meses, no serán suficientes para revertir el déficit hídrico. Las expectativas de recuperación se postergan hasta la primavera.
En un contexto donde la falta de agua compromete la producción agropecuaria del norte argentino, las esperanzas para superar la sequía se trasladan a la primavera. Así lo señaló el especialista en recursos hídricos Hugo Rohrmann, quien advirtió que las lluvias previstas para los próximos meses no alcanzarán para revertir el déficit acumulado.
Según el ex presidente de la Administración Provincial del Agua (APA), el fenómeno afecta especialmente al este del Chaco, aunque algunas lluvias aisladas han beneficiado al centro y al oeste, particularmente en el impenetrable. Sin embargo, el panorama general continúa siendo crítico.
Escenario desigual
«Hay una sequía casi total en toda la provincia», alertó Rohrmann en diálogo con el diario NORTE. Aunque se pronostican lluvias para esta semana, aclaró que no se trata de un escenario de sequedad extrema, lo que da cierto margen de optimismo. “Esto indica que se están generando condiciones favorables para la lluvia”, explicó.
Los datos del Servicio Meteorológico Nacional para el trimestre mayo-junio-julio muestran que se esperan precipitaciones dentro de los valores normales para el este del Chaco, es decir, alrededor de 150 milímetros. Para Rohrmann, cumplir con esa media histórica sería un “alivio”, aunque no resuelve el problema de fondo.
Desde enero, los niveles de precipitación han sido insuficientes para reponer las reservas de agua en la provincia. Esto genera preocupación no solo en el ámbito productivo, sino también en las zonas suburbanas, donde la sequía incrementa el riesgo de incendios forestales por el uso inseguro del fuego.
«Los modelos climáticos no prevén lluvias por encima de lo normal en los próximos tres meses», remarcó el ingeniero. Por eso, todos los pronósticos favorables apuntan ahora a la próxima temporada de lluvias, que comenzaría recién en la primavera.
Como contrapartida, el oeste chaqueño podría recibir lluvias por encima de lo normal, alcanzando hasta 200 milímetros. Aunque es una buena noticia, la distribución geográfica de las precipitaciones hace que la recuperación del déficit hídrico sea desigual.
Rohrmann concluyó que, si bien hay indicios de mejora, la situación sigue siendo delicada. La recuperación de los suelos y las reservas de agua dependerá de la intensidad y constancia de las lluvias en la primavera.
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