Aunque llegaron las lluvias, los daños ya están hechos y el impacto económico comienza a sentirse en toda la región. El ingeniero agrónomo Martín Canteros advierte sobre la baja expectativa de cosecha y los desafíos que se avecinan.
El ingeniero agrónomo y asesor privado Martín Gonzalo Canteros ofreció un duro diagnóstico sobre la situación de los cultivos en el norte argentino, con foco en la provincia del Chaco. Tras una severa sequía y una intensa ola de calor que marcaron el inicio del 2025, la recuperación del agro está lejos de ser una realidad.
Aunque en las últimas semanas se registraron lluvias dispersas y el clima comenzó a estabilizarse, los efectos de la falta de agua persisten. Canteros sostuvo que muchos lotes de soja, maíz y algodón presentan daños irreversibles. “Lo que se perdió, ya está. Lo que se salvó, no necesariamente está en buen estado”, afirmó.
En el caso del maíz, explicó que la supervivencia de la planta no garantiza un buen rendimiento: “Muchas espigas están incompletas por problemas de polinización provocados por las altas temperaturas y la baja humedad”. Solo el 15% de la superficie agrícola de la región está en condiciones aceptables, según sus estimaciones.
Un golpe que trasciende lo productivo
Para Canteros, la crisis climática se traduce rápidamente en una crisis económica. “No va a haber cosecha, no va a haber transporte, no va a haber movimiento en muchas actividades”, advirtió. Las ciudades del interior, con economías estrechamente ligadas al agro, sentirán el impacto de forma directa.
El asesor, miembro de la Mesa Técnica del Grupo Agroperfiles, destacó que sectores como el transporte y los servicios rurales ya muestran señales de alerta. “Los que tienen máquinas o camiones están buscando alternativas, pero no hay mucho por hacer. Aún no dimensionamos el efecto multiplicador de esta crisis”, remarcó.
Entre la angustia y la planificación
También se refirió al ánimo de los productores, dividido entre quienes ya asumieron pérdidas y quienes aún guardan esperanzas. “El que aceptó que perdió el 60% está más estable que el que cree que va a zafar. Ese se va a enterar tarde de que no hay vuelta atrás”, dijo. A eso se suma que los rendimientos actuales no alcanzan para cubrir costos, y muchos productores siguen arrastrando deudas del año anterior.
Frente a este panorama, Canteros recomendó un análisis agronómico y económico antes de planificar la campaña invernal. Aunque trigo y girasol siguen siendo las opciones más elegidas, mencionó cultivos como el cártamo y el garbanzo como alternativas viables para suelos con limitaciones. “El cártamo vuelve en años secos. No reemplaza, pero sí complementa”, concluyó.
Con información de Diario Norte
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