Un estudio de la UNNE logró reducir grasas saturadas y aumentar ácidos saludables en productos lácteos de búfala mediante la suplementación con aceites de girasol y pescado.
Una investigación realizada por científicos de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNNE logró mejorar la calidad nutricional de la leche y del queso de búfala mediante la suplementación de la dieta animal con una mezcla de aceites de girasol y de pescado.
El estudio, recientemente publicado en la Revista Veterinaria (Vet-UNNE), evaluó el impacto de esta suplementación sobre búfalas alimentadas a base de pastizales nativos. Entre los resultados más destacados, se observó una reducción de la grasa total en la leche de hasta un 27,27%, y un aumento significativo en proteínas y lactosa.
Reducción de grasas malas y aumento de componentes beneficiosos
La leche de búfala tratada mostró un incremento del 10,63% en lactosa y del 9,37% en proteínas. Al mismo tiempo, se logró reducir notablemente la fracción de grasa saturada, incluyendo ácidos como el láurico, el mirístico y el palmítico, todos asociados al aumento del colesterol “malo”.
En contraposición, el queso elaborado a partir de esta leche presentó un fuerte aumento de ácidos grasos beneficiosos para la salud. El ácido vaccénico aumentó un 347%, el ruménico un 141%, y también se incrementaron los niveles de ácido α-linolénico, todos con reconocidos efectos positivos para el organismo.
Una línea de investigación en crecimiento
La Dra. Gabriela Villordo, una de las autoras del estudio, explicó que esta investigación se inscribe en una línea de trabajo que la cátedra de Patología General y Sistemática viene desarrollando desde hace años. “Buscamos aprovechar el valor nutricional de la leche de búfala e identificar otras potencialidades de sus derivados”, señaló.
Hasta ahora, se habían realizado estudios con aceites de girasol y pescado por separado, pero esta nueva experiencia combinó ambos en una proporción 70/30. La administración diaria de 300 ml de esta mezcla a búfalas lactantes generó los mejores resultados hasta el momento.
La etapa de alimentación se llevó a cabo en un establecimiento privado que colaboró con el proyecto, mientras que los análisis de composición de la leche y del queso se realizaron en el Laboratorio de Tecnología de los Alimentos de la Facultad.
Villordo subrayó que este avance puede mejorar la percepción del consumidor sobre el queso de búfala y aumentar su consumo al posicionarlo como un alimento funcional. “El queso elaborado con esta leche es una excelente fuente de ácidos grasos saludables”, remarcó.
Para cerrar, destacó la importancia de continuar con estas investigaciones. “Creemos que este enfoque puede contribuir no solo a mejorar la salud del consumidor, sino también a agregar valor a la producción láctea regional”, concluyó.
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